domingo, 23 de diciembre de 2012

Nunca dejes de crear











 
 
 También podría llamarse Comming soon, ya que es el principio de otro proyecto en marcha. Poco tengo hoy para filosofear, deciros, decirte o simplemente decir aquí, que para quien tenga tiempo que matar, conozco pocas cosas más relajantes que dedicar horas a mezclar colores. No sé si será relajante o no, pero a uno que yo se le resulta graciosssssísimo estropear el trono que estamos creando para las muñecas que nunca quise demasiado... Todo esto tendrá más pies y cabeza una vez que el dicho trono aparezca con un trozo de plástico encima publicado, y para eso no hay más opción que volver a clickar aquí y después se podra judgar libremente nuestro nuevo experimento. Hasta entonces, que cada uno siga creando mientras se aferra a ¿Qué importa la impresión, si es nuestra libre expresión?



sábado, 22 de diciembre de 2012

domingo, 16 de diciembre de 2012

Carpe diem






Me sigue pareciendo algo arriesgado escribir hoy, no por ser el día que sea, sino que por el tema que me has dado para hablar... Sin haberme parado mucho a filosofear sobre calaveras, sobre la razón de nuestra existencia o simplemente sobre la muerte, estoy otra vez mirando a la pantalla esperando ver cómo escribe ella sola. Cosa que no ocurre, asique a todos los que lo hagáis os adelanto que así nunca llegaremos a ser grandes periodistas... Total, que estando totalmente de acuerdo con la vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes, mientras la mía está pasando yo me paro a hablar de ella. Siempre fantaseé que eramos simples marionetas, que algún afortunado había organizado el playmobil más currado de la historia, y que disfrutaba viendo cómo manipulaba nuestras vidas y movía a cada persona de la bola llevándolas a donde él quisiera. Que yo ahora estoy moviendo mis dedos porque él así me ha puesto, y que tú estás leyendo esto porque te acaba de mover hasta nuestro blog. También creía que cuando hablábamos de que alguien moría, volvía a nacer en el otro extremo del planeta y que todos eramos muy conscientes de nuestras vidas anteriores, pero eran un gran secreto. No podíamos confesarle a nadie lo que habíamos sido en un pasado, y si lo hacíamos, era cuando a la gente le daban ataques al corazón, él estaba apachurrándonos entre sus dedos y íbamos a salir de su juego. Y todo esto lo creí, sin saber si estaba segura o no, hasta empezar a ser consciente de que nadie podría jugar con algo que hace tanto daño a tantas personas todos los días... Y ahora, prefiero no tener una idea definida, prefiero no etiquetar la vida. Tal vez es que pensamos casi siempre más de lo debido y casa nunca a su medida, y damos vueltas a algo que ya gira solo. Ya que en lo único que puedo decir que estoy segura, es en que la vida nunca para de rodar y no creo que tenga mucha intención de pararse para dejarte tiempo a ti de organizar tus pensamientos.



 

martes, 11 de diciembre de 2012

viento norte










Leía en un pasado aburridos debates sobre el agua, y hoy he decidido retomarlos. La pregunta clave era, Y a ti, ¿Por qué te gusta el agua?. Siempre pensé que no era un buen título, que ni a todo el mundo le gusta el agua, ni a todo a quien le gusta sabe por qué le gusta. Que la lluvia puede ser una llamada a los caracoles del planeta, el agua el elemento esencial para un submarinista o la razón del éxito del creador del paraguas, pero yo seguía pensando que nunca encontraríamos algo que a todos los humanos nos fascinara... Y raramente, con el tiempo, me he contradicho a mi misma. Ahora me parece algo totalmente obvio el amor al mar, al azul, a la transparencia, al movimiento, al AGUA. Aunque tal vez, no haya sido cosa de tiempo mi cambio de opinión. He conseguido exprimir alguna gota de los aburridos debates antes comentados, y dejándome manipular libremente, la manera de algunas personas de querer al mar me ha convencido. Apenas me he parado a mirarlas, pero una ojeada me ha servido para aumentar mis ganas de bañarme entre algas. Entre las respuestas más razonables, repito las que más me gustan:

-"...me gusta el momento en el que después de alguna enorme ola no encuentras a nadie y estás solo entre blanca espuma, ojalá no desapareciera tan rápido..."
-"...me podría pasar días riéndome de la cara que se me queda cuando me veo reflejado..."
-"...es cuando hago burbujas que suenan y salpican con una pajita en un vaso de agua..."
-"...por el horroroso instante en el que crees que no vas a salir de esa ola y no dejas de dar vueltas..."
-"...cuando me encuentro a alguna curiosa que se le escapa todo el agua en mi cara mientras llora de risa..."
 
 
 

domingo, 9 de diciembre de 2012

lunes, 3 de diciembre de 2012

domingo, 2 de diciembre de 2012

La soledad.




Es el frío que entra por el hueco entre el pantalón y tus botas, que enfría el resto de tu cuerpo, el viento que no te deja ver nada mientras se te va pegando el pelo en los labios o tal vez sean las manchas que quedan debajo de tus ojos cuando la lluvia te ha corrido el rimel y que por mucho que frotes, siguen estando ahí. Puede ser el momento en el que con la mano en el bolsillo encuentras absolutamente de todo menos lo que te hace falta, el triste lunes que te mueres de hambre y tienes pescado esperándote o los 30 grados mientras vistes abrigo y medias por debajo de los pantalones. Son algunos de los componentes que saben convertirte los días grises en negros, a pesar de que a veces, pueden darle melancolía a tu extraña felicidad.Y aunque algún afortunado tenga el dón de no pararse a pensar y no se percate de todos los detalles tristemente tontos que nos rodean, no es el caso de la mayoría. Nosotros, humanos y todos algo locos, no podemos evitar sentirnos solos en algún momento de nuestras raras vidas. Tanto en su buen y mal sentido, pero la soledad es algo que nos acompaña a lo largo de todos los caminos que recorremos y el gran logro que puedes conseguir, es aprender a convivir con ella. Será paradójico, pero si la tienes contigo ya podrás empezar a sentirte algo menos solo y disfrutar de su compañía. A ella puedes contarle los chistes que nunca te hicieron gracia, los secretos que te felicitas a ti mismo por no haberlos dicho nunca o todas las veces que finges escuchar a ese alguien que habla durante horas sin decir nada. Sigo sin afirmar ni negar la famosa frase mejor solo que mal acompañado, y creo que todavía me queda mucho por debatir con ella. Pero si algo tengo claro, es que la soledad es sana. Durante una temporada por lo menos, y casi hasta tan sana como la compañía, ya que ambas las veo totalmente necesarias. Porque cuanto más solo estés, más cuenta de la compañía que te hace falta te darás cuenta, y porque cuanto más acompañado estés, tu soledad más reconocida habrá sido... 


       "Puede que sean tus ganas de meterte entre sábanas y no salir nunca, aislándote del mundo exterior y creando uno ideal sólo para ti..."