Y llegó otra vez la hora de echarla de menos. Estamos ante sus puertas pero no es el momento de entrar por ellas, son más bien ellas las que nos invitan a salir. Adiós mar, melón, calor que huele, naranjos. Adiós sal, chancletas, arena. Hasta dentro de mucho tiempo, queridos. Es la rutina que nos ha secuestrado enteros para ella, y piensa amargarnos hasta convertirnos en simples cuerpos que caminan con el mismo objetivo todos los días. Y nosotros, hartos y aburridos de repetirnos las mismas quejas a todas horas, matamos nuestro tiempo intentando buscar soluciones a todos los sueños que vamos ideando. Tal vez sean demasiados para hacerlos realidad, o tal vez sea la realidad la que no nos deja cumplirlos. De todos modos, por ahora eso NOS DA IGUAL.
